miércoles, 31 de agosto de 2011

LONDRES 2011


La city es un lugar cosmopolita como el que más, donde una gran variedad de razas y culturas se entremezclan y conviven, dando lugar a un panorama de lo más variado y peculiar, sin dejar oculto ese aire de señorío inglés del bombín y la hora del té, que se respira en muchas de sus calles.

25 agosto
A las 9 de la mañana nos presentamos en el aeropuerto de Reus para tomar el vuelo Ryanair que nos llevaría en un par de horas hasta Luton. Salimos con media hora de retraso. Al llegar nos dirigimos al punto donde paran los autobuses, muy fácil de encontrar, en la salida, y compramos el tícket de ida y vuelta (£22). A partir del día que lo compras, tienes 3 meses para gastarlo en la vuelta. Viajamos con Green Line; también se puede sacar con antelación por internet pero vale lo mismo que en el autobús y algunas personas han tenido problemas con los papeles que llevan impresos, así que yo creo que lo mejor es comprarlo directamente allí. 
El trayecto de Luton a Victoria, que es la última parada, lleva 1h 20min aproximadamente. 
Al llegar a Victoria fuimos directos a la taquilla, donde un hombre nos atendió muy muy amable y nos dio información de todas las tarifas. 
SINGLE TICKET: £4
ONE DAY TRAVEL CARD: £6,60
ONE WEEK TRAVEL CARD: £27,60 
Así que sacamos el de una semana directamente. Salía mucho mejor de precio y se podía utilizar en metro zonas 1 y 2, y en los autobuses rojos de la ciudad.
Además nos dieron un folleto con unos cuantos bonos de descuento para diversas atracciones de Londres, tours y espectáculos que nos permitía acceder 2x1.

Comimos en Victoria Station algo rápido y nos fuimos en busca del hotel, situado en el East End, en la calle Shoreditch, en la otra punta de la ciudad, pero como el metro te lleva casi al fin del mundo, no tuvimos problemas para encontrarlo. El Crowne Plaza London Shoreditch está a unos 5 o 10 minutos caminando de Liverpool Station. Nos dan la habitación (108), dejamos las maletas y... a entrar en contacto con la city.

Bajamos en bus hasta el centro, porque justo delante del hotel hay una parada donde se podían coger unos 12 autobuses diferentes. Aquí os dejo las rutas. Después cogimos el metro hasta Covent Garden, seguir el mapa es muy fácil.
Me encanta ese lugar. Es un antiguo mercado de frutas y verduras, hoy convertido en zona de encuentro de cientos de personas para tomar una cerveza o un café mientras escuchas a los músicos callejeros y entre los que encuentras verdaderos talentos que permanecen en el anonimato esperando posiblemente a alguien que los descubra o que les ofrezca una oportunidad.





Tomamos algo en el White Lion Pub. Como Carlos quería probar Fish and Chips, y allí mismo servían cenas, no dudamos en quedarnos; y la verdad es que fue todo un acierto, porque estaba buenísimo.


Por casualidad encontramos una tienda de Le Pain Quotidien. La conocimos en New York, y cuando la vi aquí no sabéis la emoción que me hizo. Tiene comida orgánica y todo está buenísimo. Si vais a Londres, no dejéis de daros el capricho. Para muestra un botón:
Al salir de allí ya empezó a oscurecer, así que nos dimos un paseo por las calles y de vuelta al hotel a organizar el día siguiente.

26 agosto


Hoy decidimos visitar la Torre de Londres. Como teníamos la tarjeta del metro de una semana, aplicamos el descuento de 2x1 y así nos ahorramos la mitad de lo que nos costarían las entradas (£19.80 por adulto). Durante estos días hay una exposición sobre algunas de las bestias que se pudieron ver en la torre durante algún momento de la historia.

También visitamos las joyas de la corona, que nos dejaron con la boca abierta; y varias salas de la misma, como la torre donde estuvo preso durante 13 años Sir Walter Raleigh, de quien se dice Elizabeth I estuvo enamorada, que fue encarcelado tras hacerse público su matrimonio con una de las damas de honor de la reina. Traitor's Gate, era la puerta por la que pasaban los traidores cuando iban a ser ejecutados. Ana Bolena, Catherine Howard o Tomás Moro, fueron algunos de los numerosos desdichados que tuvieron que atravesar sus puertas.


No dejamos de echar un vistazo a los cuervos, para ver si la monarquía iba a seguir en pie durante al menos unos días...

De aquí nos fuimos a comer a Covent Garden y aprovechamos para cambiar dinero. La casa de cambio que está bajo los porches de Jubilee market no cobra comisión y da un buen precio por la moneda. 
Después de comer fuimos a ver el museo de cera Madame Tussauds. La entrada vale £28.80, pero volvimos a aplicar el 2x1. Es muy divertido porque puedes hacerte fotos con un montón de "famosos", escoger a tus favoritos, y pasar un buen rato. Hay una nueva atracción: Marvel Superheroes. Ves una película en 4D, en la que los héroes de Marvel salvan la ciudad de Londres de un supervillano. Nos reímos muchísimo. 

Las salas están organizadas temáticamente: actores, la casa real, políticos, músicos y cantantes, pintores, escritores, deportistas... Las personas que han inmortalizado en cera están muy logradas, unas más que otras. 

Tras cabar esta visita nos dirigimos hacia otro punto que no podíamos ignorar: el 221 de Baker Street, hogar del detective londinense más famoso del mundo. En ese lugar han hecho un museo sobre Sherlock Holmes, pero estaba cerrado, así que tendríamos que esperar hasta el día siguiente.
Fuimos pues hacia Picadilly Circus para hacernos alguna foto y ver el ambientillo.




Paseamos por Regent y Oxford Street y nos encontramos con la tienda Hamleys, una juguetería enorme. Mi planta favorita es la planta baja, donde hay peluches de todos los tamaños y muchísimos animales. Yo me lo pasé pipa, pero Carlos no se quedó atrás... jijijii



Al salir de Hamley's ya estábamos bien cansados, pero no queríamos irnos a dormir sin tomar una cervecita en el barrio de Whitechapel, que estaba al lado de nuestro hotel. Este barrio fue muy famoso, sobretodo allá por 1888, cuando Jack the Ripper se encargó de mandar al otro mundo a 5 mujeres... Buscamos el pub 10 Bells, frecuentado por las prostitutas a las que el destripador mandó al otro barrio.



27 agosto
Esa mañana salimos del hotel a las 9h más o menos. Queríamos ver Saint Paul's Cathedral. Nos dimos una vuelta aprovechando que lucía el sol y bajamos por Fleet Street, buscando la zona del Temple. Junto a la catedral hay una oficina de turismo, donde preguntamos si había algún punto en Fleet que se pudiese relacionar con Sweeney Todd, pero nos dijeron que no había ya nada.

Encontramos un pub precioso, The George, donde me tomé uno de los zumos J2O, bueníiiiiisimos y continuamos bajando por el Strand para llegar a Trafalgar Square.

En Trafalgar Square entramos en la National Gallery para ver algunos cuadros en concreto, como Los Girasoles de Van Gogh y los pintores impresionistas. La plaza estaba llena de turistas, como de costumbre. Es un punto de encuentro casi obligado cuando se visita la ciudad. 
Desde aquí salimos en dirección a Baker Street, para ver la casa museo de Sherlock Holmes (£6). El mayor atractivo es poder ver una casa victorina. Está muy lograda, la verdad, y además te dejan andar a tu aire por los diferentes pisos, desde la planta baja hasta el pequeño desván. La casa no es muy grande, pero la decoración es preciosa, y realmente parece que el Doctor Watson va a llegar en cualquier momento, jiji.















También hay una tienda de recuerdos, donde los dependientes van vestidos de época, y realmente te trasladan a principios del s.XIX.
 
Tras comprar algún recuerdo volvimos a dejar las bolsas al hotel, porque a las 18h teníamos que estar de nuevo en la estación de Tower Hill para buscar la tienda de souvenirs Traders Gate, punto en el que nos debíamos encontrar con el guía que nos llevaría a hacer la ruta de Jack, el Destripador por las calles de Whitechapel (£10), en el East End, cerca de nuestro hotel. Si queréis contratar la caminata, nosotros lo hicimos con Golden Tours.

Éramos un grupo de unas 15 personas. Comenzamos la caminata de hora y media puntuales. El guía era muy simpático, era historiador, y sabía muchísimas cosas sobre el tema y la época victoriana. Nos enseñó los límites donde terminaba la city y comenzaba el East End, que en el siglo XIX era una de las zonas más oscuras y con mayor número de asesinatos de Londres; una zona obrera, donde las personas que vivían no disponían de recursos económicos.
El pub The Bell, así como el 10 bells, fueron dos de los lugares frecuentados por las prostitutas que Jack asesinó. De hecho son dos de los pubs que se dice tienen fantasmas habitando en ellos. En el 10 bells, en una de las habitaciones superiores ques e alquilan aún hoy en día, ha nocurrido numerosos fenómenos paranormales recogidos en multitud de libros que explican los encantamientos de muchos edificios de la ciudad. El 10 bells es también el pub que aparece muy bien reflejado en la película From Hell, protagnizada por Johny Depp. El guía que nos acompañó en el tour estuvo viviendo en una de esas habitaciones y nos explicó que la dueña de la casa le había ofrecido dos habitaciones, una pequeña y una grande, pero le dijo que la grande la ofrecía mejor de precio porque estaba encantada y habitaba en ella un fantasma. El guía en principio no la creyó en absoluto. Una noche, estaba durmiendo cuando notó que alguien le agarraba con fuerza por el cuello como intentando estrangularle. Él pensó que alguien había entrado a robar al pub y había accedido a las habitaciones, pero cuando encendió la luz gritando como un poseso no había nadie. Desde entonces cambió su forma de pensar sobre los fenómenos paranormales... 
Este pub, como digo, fue utilizado como modelo en la película from hell, y johnny Depp estuvo visitándolo para entrar en contacto directamente con el ambiente tan peculiar que se respira en él. Recibe el nombre de una iglesia que hay junto al local, que tenía 10 campanas.


Seguimos la ruta por diferentes callejones que aún existen desde la época y nos habló de otros ya desaparecidos, donde se han construido nuevos edificios.
En Petticoat Lane existe hoy en día un local donde antiguamente se encontró la famosa pintada: 
"The Juwes are the men that will not be blamed for nothing"


28 agosto
Este día salimos de Londres. Contratamos en el hotel una excursión para visitar el castillo de Windsor, Stonehenge y Oxford. Éramos conscientes de que eran muchas cosas para un solo día, pero Carlos tenía muchas ganas de ir a Stonehenge, y la visita solo ese lugar era un poco escasa para pasar fuera todo el día, así que optamos por ir a los tres lugares mencionados. 

Madrugamos bastante, porque tenían que recogernos a las 07.30h en un hotel junto al London Bridge. Como no nos daba tiempo a desayunar en el hotel porque era domingo y empezaban los desayunos a las 07h, nos prepararon un picnic de lo más completo, la verdad. 
Lo cierto es que se pierde un montón de tiempo recogiendo a la gente a por los hoteles, y mejor lo deberían invertir en la excursión. No salimos de Victoria hasta las 9h!! Si lo llegamos a saber, habríamos ido allí directamente, en fin...
La primera visita del día ra el castillo de Windsor. Llegamos a las 10 de la mañana justo cuando abría puertas. Nos dieron una audioguía, que podías escoger en diferentes idiomas y nos dieron acceso a dos lugares: la habitación de la casa de muñecas de la reina y las States Rooms, donde los reyes recibían a las visitas oficiales y sus dormitorios, así como alguno de invitados (Napoleón durmió en uno de ellos). La iglesia de Saint George no la pudimos ver porque la reina Elizabeth II estaba allí. Los fines de semana vive en este castillo, y durante la semana se desplaza a Buckingham Palace, lugar que ella llama "la oficina".


Acabada la visita al castillo volvimos al bus para poner rumbo a Stonehenge. Está situado a unos 13 km de la localidad de Salisbury. Entrar dentro del recinto cuesta £7. Se puede observar también desde el exterior, en la distancia. Está considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO; fue también propuesto como maravilla del mundo en la última elección, pero no salió elegido por los votantes en intenet. Es muy famoso porque, entre otras cosas, no se sabe con certeza la finalidad de por qué colocaron las piedras en la disposición en que se encuentran. La teoría que parece tiene más peso es que se trataba de una especie de calendario que marcaba el solsticio de verano. Se ve que a medida que avanza el sol y cambia de posición en los diferentes meses, la luz se cuela por entre las distintas piedras y creen que era una manera de saber en qué mes se encontraban. Pertenece al Neolítico, por lo que estaríamos hablando de que el monumento se erigió allá por el 2500 a.C.
Se cree también que se utilizó para realizar enterramientos de cadáveres, una vez los habían quemado previamente. 
Se ha mantenido ese misterio a lo largo de los siglos, y hoy en día es punto de encuentro incluso de personas que se relacionan con la tradición celta, como druidas y sacerdotisas. Se cree que emanan ciertas energías positivas y se realizan ritos y ceremonias en torno al monumento megalítico.
Desde luego, lo que no te deja es indiferente. La visión del conjunto es impactante; además no dejan a la gente acercarse demasiado, peor si lo suficiente para observar todo lo que se va escuchando por la audioguía; y se siente una especie de conexión con el pasado muy especial.




La última parte de la visita fue a la ciudad universitaria de Oxford. Durante una media hora hicimos un recorrido a pie por el exterior de algunos de los 39 college que forman la universidad. hasta 1976 no se concedió el título universitario a las mujeres, que tuvieron acceso a las bibliotecas desde finales del s.XIX, pero salían sin titulación alguna. hoy en día hay un 52% de chicos y un 48% de chicas, siendo estas las que alcanzas mejores resultados en las calificaciones.

La matrícula cuesta £8000, como en el resto de universidades. Es pública, pero acceder a ella es realmente difícil; digamos que hay que tener un cerebro muy privilegiado. Los alumnos que entran a formar parte de algún college no asisten a clases. 
 
Todo el estudio se hace de forma individual mediante tutorías a base de lecturas y escritos. Si se presenta un trabajo a un profesor y este considera que es de muy baja calidad, el alumno puede ser expulsado inmediatamente de la universidad. Se deben pasar un número importante de visitas y se deben alojar en los college. Si no se tiene dinero para la manutención, existen sociedades que se dedican a pagar íntegramente el estudio de aquella persona. No les está permitido trabajar, ya que deben dedicarse plenamente al estudio durante los años que duran los estudios. Los alumnos deben pasar numerosas entrevistas para ser admitidos (entre 9 y 15), y son los profesores los que deciden en qué college ingresarán de acuerdo a su perfil.
 ¡¡Llegan a tener hasta 25 profesores diferentes al año!! Y cada profesor les puede llegar a mandar leer hasta 20 libros en una o dos semanas. El ritmo de estudio, como se puede ver, no lo soportaría cualquiera...

Después de la visita dispusimos de una hora para pasear por la ciudad; tiempo insuficiente, pero muy agradable para tener un primer contacto. 

Como curiosidad, en el comedor del college de Christ Church fue donde se rodaron las escenas de comedor de Hogwarts en Harry Potter.



29 agosto
A Westminster por la mañana. Primero visitamos el Big Ben y las casas del Parlamento. 




Y escuchamos un ratito a un escocés perdido por Londres que intentaba ganar unos peniques tocando lo gaita.


Paseamos por los alrededores hasta llegar a Westminster Abbey, donde había una cola enorme para entrar, y como ya la conocíamos no visitamos el interior de  nuevo. Pero a quien le interese, es una visita muy interesante, ya que es el lugar donde se corona a los reyes y reinas de Inglaterra, y donde se entierran. También hay numerosos artistas enterrados en la Abadía. La útima persona en ser enterrada ahí, sin embargo, es un soldado desconocido que honra el recuerdo de todas las víctimas de la Segunda Guerra Mundial.

El Palacio de Buckingham era nuestra próxima visita. Cuando llegamos había muchísima gente; yo no había visto nunca tanta. Le pregunté a un policía y me dijo que a las 11.20 era el cambio de guardia, por lo que, como solo quedaban 20 minutos, decidimos quedarnos a verlo. Yo ya había estado varias veces en Londres, pero nunca había coincidido en ir a verlo. La verdad es no vale demasiado la pena, porque hay tanta gente que no se puede ver mucho, a no ser que estés enganchado a la valla del Palacio como un loro, ocupando el sitio desde un buen rato antes. Simplemente vimos llegar la banda de música, los soldados entrar al patio y poco más. Decidimos irnos antes de que acabara y se desperdigara todo aquel gentío como una marabunta de hormigas.
 


De aquí, en metro, fuimos hacia Knightsbridge, a Harrods. Un poco de shopping no venía mal. Nos dirigimos directos a la segunda planta que es donde está ubicada la tienda Harrods. Junto a ella hay un departamento donde todo es de Navidad. Es una maravilla; hay cosas preciosas.


Después ya pasamos al departamento de la marca, a comprar algún bolsito.



¡¡Me lo pasé como los indios!!
Al terminar fuimos a Baker Street de nuevo a acabar de hacer unas compras y a dejar las bolsas al hotel.
Acto seguido nos dirigimos al Tower Bridge Station para pasar un poco de miedo. Tocaba visita a The London Dungeon. Es una especie de atracción donde se recrean los momentos más oscuros de la ciudad, desde la Peste, hasta los crímenes de Jack the Ripper, pasando por los juicios injustos que se realizaban a muchas personas, la barbería de Sweeney Todd, el gran incendio de Londres, cámaras de tortura, entrar por callejones donde no se veía absolutamente nada, recreando el Londres antiguo... Vas pasando por habitaciones diferentes, y allí los actores, caracterizados para cada momento, te van explicando el momento de la historia correspondiente. Te dan algún que otro susto, y al final hay una pequeña caída libre simulando la guillotina. Bastante divertido en general. Dura aproximadamente 1h y media. El precio son £23,52. Pero de nuevo aplicamos el 2x1. También ofrecen la posibilidad de combinar visitas a otros lugares, como la Torre de Londres, el Acuario... y el precio sale más económico pero no tanto como si empleas el 2x1. Es la mejor oferta.
Al salir de aquí volvimos a merendar a Le pain Quotidiane en Covent Garden, a esa comida no hay quien se le resista...
De vuelta al hotel cervecita en un pub cercano y a descansar.

30 agosto
Y ya llega nuestro día de vacaciones en Londres. Teníamos toda la mañana porque el avión salía a las 18.40h; así que no lo íbamos a desperdiciar. Pensamos en ir a Hyde Park a buscar el Speaker's Corner, un lugar donde la gente se expresa libremente siempre que no utilice un lenguaje ofensivo. Esta tradición viene desde finales del siglo XIX; según lo descrito en wikipedia, desde ese momento Speakers' Corner se convirtió en un lugar tradicional para discursos públicos y debates como también el principal sitio de protestas y reunión en Gran Bretaña. Hay quienes piensan que esta tradición tiene una relación con los antiguos condenados a la horca de Tyburn a los cuales se les permitía decir sus últimas palabras.

Aunque la mayoría de los oradores son desconocidos, el sitio también ha sido frecuentado por gente como Karl Marx, Vladimir Lenin, George Owell... Su existencia es frecuentemente defendida como una manifestación del principio de libertad de expresión, al permitir que cualquier persona pueda hablar de casi cualquier tema y ser interrumpidos por los asistentes.

Hay quienes sostienen que la existencia de un lugar específico donde la libertad de expresión está permitida, es usado por las autoridades como excusa para prohibir la libertad de expresión en la mayoría de lugares públicos de Londres, incluyendo el resto de Hyde Park y todo los otros Parques relaes de Londres, donde la libertad de expresión está prohibida por ley. A finales del siglo XIX, por ejemplo, debido a una serie de leyes, Speakers' Corner fue uno de los pocos lugares donde los oradores socialistas podían reunirse y debatir.

En el año 2003 las autoridades del parque intentaron prohibir una manifestación convocada para el 15 de febrero para protestar en contra de la inminente invasión de Iraq. Este intento produjo un malestar general, lo que finalmente resultó en su autorización y fue una de las mayores manifestaciones de la historia del país, con más de un millón de asistentes.

Pero nosotros no tuvimos suerte y ese día no había nadie. Estarían durmiendo o en Carnaval de Notting Hill. Por cierto, nosotros decidimos no ir porque nos lo recomendaron debido  a la cantidad de personas que se reúnen allí y a que aún había un poco de inestabilidad social tras las revueltas; así qeu mejor curarse en salud y no aparecer por el lugar.

Como no había nadie no quedamos más tiempo, y nos fuimos hacia el British Museum. Tambien teníamos pensado ver solo unas cuantas cosas que os interesaban. 
Nada más entrar la Piedra Rosetta, que ayudó a los investigadores a interpretar los jeroglíficos.
Cuando caminábamos buscando la galería de Grecia, encontramos un punto en el que una mujer nos explicaba cosas sobre cuatro objetos diferentes que podías coger en las manos. Dos eran reproducciones, pero los otros dos eran originales. Figuritas de bronce, una carta, un trozo de un collar... y nos iba explicando la historia de cada uno. Muy interesante porque te hacía participar en la explicación y pudimos tener en la mano un par de objetos que tenían casi 3000 años de antigüedad.
Tras la explicación llegamos a la zona de Grecia. 


En las salas de Egipto vimos varias momias y como no, a Ginger (Naqada II 3500 a 3200 a. C.), la famosa momia más antigua de la que se tiene conocimiento. Recibe este nombre por el color pelirrojo de su pelo. Siempre tiene un montón de gente a su alrededdor porque llama realmente la atención.



Tras salir del museo, como nos encontrábamos en la zona cercana a Bloomsbury, decidimos buscar la casa que se conserva donde Dickens vivió durante tres años. Para ello debíamos dar con la calle Doughty. No está demasiado lejos. Dando un paseo llegamos en unos diez minutos. Bloomsbury fue un barrio en el que se instalaron, a principios del s.XX, numerosos escritores. Virginia Woolf o E.M.Foster también vivieron en esta zona. Formaron el conocido como Bloomsbury Group.
Es una zona residencial muy tranquilo con preciosas casas. La Universidad de Londres también se halla en este lugar.



Y ya era la hora de volver hacia la zona del hotel para comer y recoger el equipaje para dirigirnos a Victoria a coger el autobús que nos trasladaría a Luton de vuelta a casa. Encontrar el autobús de Green Line fue bastante fácil. Cuando se llega al punto, junto a una de las salidas de Victoria (no la principal) hay dos lugares donde paran los autobuses una es un punto Drop off, donde solo dejan a la gente y otra que es Pick up, donde se recogen. La zona de recogida está un poco más adelante de la anterior, así que es fácil de ver. Salimos a las 16h. A las 17.15 aproximadamente ya estábamos en Luton. De vuelta al hogar más felices que perdices!!