sábado, 16 de julio de 2011

MALASIA 2009


Una vez terminado el recorrido por el país chino, aterrizamos en Malasia. Aunque no lo recorrimos entero, lo que pudimos ver fue para nosotros maravilloso. Dos serían los puntos principales de visita: Kuala Lumpur y una de las isla Perhentian: la isla Perhentian Besut.

Malasia es un país situado en el sudeste asiático. Tiene una población de unos 27 millones de habitantes, que se reparten entre la zona peninsular y la zona isleña, al norte de Borneo. Fue colonia británica hasta que alcanzó la independiencia en 1957.
El idioma malayo y el Islam son respectivamente la lengua y la religión oficial del país. También se habla inglés, chino y tamil.
La moneda oficial el ringgit malayo (MYR).

15 Agosto
Con un vuelo desde Guilin, llegamos Kuala Lumpur, capital de Malasia, sobre las cuatro de la tarde. Después de recoger las maletas nos acercamos a una de las oficinas donde se contratan los taxis y conseguimos uno por unos 103 ringgits (unos 20 euros) hasta el hostal situado en el centro de la ciudad.
Tras el check-in, y con un tiempo horrible, ya que llovía abundantemente, salimos a pasear. Nuestra intención era acercarnos hasta las Cuevas Batu y a la colonia de luciérnagas más grande del mundo, en el río Selangor.
Cerca de nuestro hostal, Classic Inn, entablamos conversación con un hombre que se dedicaba a transportar personas, y negociamos con él el trayecto. Le preguntamos si aún estaríamos a tiempo de visitar las cuevas antes de que oscureciese, y que a continuación queríamos ir a Selangor. Nos dijo que no había problema, ya que las cuevas se encuentran en las afueras de la ciudad, a no demasiada distancia del centro, y a las luciérnagas había que llegar anochecido, así que no dudamos en ir con él.
Las cuevas Batu están situadas a unos 13 km al norte de la ciudad. Es un importante punto de reunión de la religión hinduista de la zona. La entrada era impresionante: una estatua del Señor Murugan, dios tamil de la guerra, de 42m de altura, daba la bienvenida y paso a la escalinata de 272 peldaños!!

Dimos un paseo por el interior, sorprendente por la ubicación de los altares y el lugar escogido para el templo.
Pedimos permiso para hacer fotos, y amablemente un hombre nos dijo que no había problema, solo que nos debíamos descalzar para subir al altar. Nos colocaron unas cintas de flores y nos pusieron una especie de masa de cenizas y aceites en la frente con el dedo pulgar; con ello nos deseaban felicidad y buena suerte. Al terminar nos pidieron la voluntad.
De allí, y tras un largo recorrido llegamos al parque del río Selangor. El conductor nos acompañó a sacar las entradas, nos dieron unos chalecos salvavidas, nos pasó delante de un montón de gente, y nos subimos a una barca de madera. El silencio era total, roto únicamente por una que otra exclamación de sorpresa al ver los millones de insectos luminiscentes que cubrían por completo los árboles de la ribera del río.
Algunas de ellas se nos ponían por encima y pudimos cogerlas con las manos. Eran como pequeñas mosquitas de luz blanca. Parecía un decorado navideño.
Al terminar el paseo en barca regresamos al hotel. Era tarde, así que pedimos unas hamburguesas desde el hostal y nos acostamos.
 

16 Agosto: KUALA LUMPUR.
Después de desayunar en el hotel, salimos directamente en taxi hasta la Torre Menara, para contemplar la ciudad a vista de pájaro. En principio queríamos haber subido a las Petronas, pero hay que madrugar mucho (a las 7 de la mañana hay que estar ya haciendo cola) para conseguir un tíquet que te dé hora para volver más tarde, y no teníamos demasiado tiempo; además sólo se puede subir hasta la pasarela, con lo que la altura es mucho menor que desde Menara, y desde esta última se ven las Petronas, que son mucho más bonitas. Con la entrada de la Torre Menara también se puede visitar un zoo. Nosotros no fuimos porque queríamos dedicar el tiempo a la ciudad.

Las Torres Petronas se divisan casi desde cualquier punto de la ciudad (452m de altura en el punto máximo y 88 pisos). Son una auténtica maravilla. En las torres se encuentran oficinas de diferentes empresas, y en la parte inferior hay un gran centro comercial con tiendas carísimas donde deben de entrar los árabes más ricos...
El centro de la ciudad es muy bonito. Es una especie de atmósfera árabe occidentalizada. La presencia del islam y los vestigios de ser antigua colonia inglesa se entremezclan.

El Mercado Central está muy bien: hay un montón de tiendas y lugares para comer; muy rico todo, ¡por cierto! No está lejos de China Town, por donde también paseamos un ratito. Encontramos un templo hindú. Nuestros amigos entraron, pero nosotros nos quedamos fuera. Nos dio un poquillo de repelús, porque había que entrar descalzo, estaba muy lleno de gente, y los zapatos se quedaban fuera apilados en montañas revueltas...
De allí nos fuimos dirección a la Gran Mezquita Nacional, Masjid Negara. El horario abierto al público es de 15.00h a 16.00h y de 17.30h a 18.30h.

Tiene unos jardines muy bonitos, con numerosas fuentes. Todo limpísimo y muy bien cuidado.
Para entrar debes descalzarte y ponerte una túnica de color lila que te cubre desde la cabeza hasta los pies.
El interior es una preciosidad. Un hombre nos explicó algunas de las similitudes entre el Islam y el Cristianismo, y nos mostró con orgullo su libro sagrado, el Corán.
Encontramos también este simpático cartel que daba instrucciones sobre cómo rezar.


Los relojes con los números en árabe
Al salir, visitamos la Plaza Merdeka (significa independencia), que no queda demasiado lejos, y vimos el edificio de Sultán Abdul y una mezquita que hay detrás, pero a esta última no pudimos entrar.




De aquí, paseamos hasta Little India, por donde dimos una vuelta hasta que decidimos volver a las Petronas, al centro comercial, para cenar. Hay restaurantes de todo tipo. Al terminar la cena, las Petronas estaban ya iluminadas: son imponentes.
De regreso al hotel nos tocaba dormir no demasiado, porque a las cuatro de la mañana teníamos que estar en pie para llegar al aeropuerto, que está a una hora más o menos, y coger un avión que, tras una hora de vuelo, nos llevaría hasta Kota Baru.

17 Agosto
En el aeropuerto de Kota Baru nos esperaba el traslado hasta la agencia con la que habíamos contratado la lancha rápida que nos acercaría a la isla. Tras una media hora larga, si no recuerdo mal, en la motora, llegamos a Perhentian, al Paraíso!!! 
Nuestra cabaña pertenecía al hotel New Cocohut Chalet y estaba a la orilla del mar, en primera línea de playa.

Por dentro eran un poco feas, pero como solo las utilizábamos para dormir y la ducha, era más que suficiente.
Después de comer, a media mañana, salimos en una excursión de snorkel de cuatro horas que teníamos contratada en el pack. Nos llevaron a ver peces y corales, y a un Shark Point, pero yo no vi ningún tiburón... Llegué bastante cansada, pero encantada con lo bien que me lo había pasado.
Cada día llegaba a los restaurantes pescado fresco, recién salido del mar, de hecho no tenían carta porque no sabían qué habría hasta que no llegaban las barcas. Algunos días hacían barbacoas de pescados y marisco; toda una delicia. Era como muy divertido, porque escogías el pez como si estuvieses en la pescadería, lo pesaban, te decían el precio, lo limpiaban, lo cocinaban y al plato!
18 Agosto
Al día siguiente, cuando nos despertamos fuimos a desayunar. El restaurante tenía una bonita terraza con vistas a la playa, sobre el mar, que estaba lleno de peces, por cierto. Al terminar dimos un paseo y yo me preparé para otra salida de snorkel, de nuevo de unas cuatro horas. Nos llevaron a un islote precioso, paradisíaco. De vuelta a la playa, justo delante de nuestras cabañas pudimos ver nadando en el fondo del mar una tortuga marina. Fue un momento muy especial. La tarde la dedicamos a relajarnos, a estar en la playa.

19 y 20 Agosto
Días libres para disfrutar de las playas de la isla. Nos habían dicho que paseando a través de la selva se podía llegar a otros rincones. Así que aprovechamos el tiempo al máximo. Seguimos un sendero entre la vegetación y fuimos a comer a otro restaurante del habitual. De camino encontramos calas maravillosas.
En dirección contraria llegaríamos a una playa muchísimo mejor que la nuestra y sin ninguna edificación. Era totalmente salvaje. Hay que caminar un poquito, pero merece la pena. Podéis juzgar...
Después de pasar los dos días descubriendo la isla, disfrutamos del precioso atardecer desde el porche de nuestra cabaña.
Y llegó el momento de la última cena...
21 Agosto
Nuestra lancha salía a las 12 de la mañana. Así que aún antes nos dio tiempo de disfrutar de la playa durante un ratito.
Desde el aeropuerto de Kota Baru volamos a Kuala Lumpur, de allí a Amsterdam y finalmente a Barcelona. Dieciséis horas de vuelo en total!!! A pesar del cansancio, llegamos a casa bien.

Un largo viaje que recordaremos siempre. Malasia se ha quedado en mi recuerdo como el lugar de las playas más salvajes, exóticas y bonitas que he visto hasta ahora.

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