sábado, 16 de julio de 2011

ISLA MAURICIO 2010


MAURICIO 2010
La república de Mauricio es un país ubicado en una isla al suroeste del océano Índico, a unos 900 kilómetros de las costas de Madagascar. Además de la isla en sí, la república incluye las islas de San Brandón, Rodrigues y las Islas Agalega. la capital es Port Louis, la ciudad más poblada, con unas 128.000 personas. En total el país tiene una población aproximada de 1.200.000 habitantes.
La moneda es la Rupia de Mauricio.

El clima es cálido durante todo el año, aunque en nuestros meses de verano es algo más fresquito, por lo que lo más recomendable sería ir en nuestro invierno para encontrar calorcito. Es conocida como la Isla Playa. El agua permanece tibia todo el año, entre 23 y 27 grados, dependiendo de la estación.

Pero si Mauricio es conocida además de por las playas, es por el ave endémica que hace tiempo, se cree que a finales del siglo XVII, quedó en extinción: el Dodo, o pájaro bobo. El nombre se lo pusieron los portugueses, porque era muy fácil de atrapar. Y así acabaron con él... Qué triste...
En esta isla dio comienzo la segunda parte de nuestro viaje de verano. Después de unas cuatro horas de vuelo desde Nairobi, llegamos al aeropuerto, y nos esperaban para trasladarnos hasta nuestro hotel, el Le Canonnier, situado en Pointe Aux Canonniers, en la zona noroeste de la isla. Dicen que es mejor, porque hace menos viento. La recepción que nos hicieron en este hotel ha sido con diferencia la mejor. Un señor muy agradable se sentó con nosotros, nos invitó  a un cóctel y ns explicó cuidadosamente toda la información sobre las instalaciones. Finalmente nos llevaron hasta nuestra habitación y nos encontramos con un par de regalitos sobre la cama (se suponía que íbamos de viaje de novios..., nada más lejos de la realidad): una camiseta para Carlos y un pareo con un coletero para mí. Todo un detalle. La cesta de frutas naturales y una botellita de champagne también estaban preparadas. Pintaba bien.
Al día siguiente comenzaban unos días de descanso. No teníamos pensado movernos demasiado, la verdad. Después de aterrizar de la semana en Kenya buscábamos relax.
Al día siguiente nos propusimos disfrutar de la playa. El agua era cristalina, así que ya me veía haciendo snorkel. Me puse las gafas y el tubo y allá fui. Pero la primera impresión no fue demasiado buena. El agua estaba más fría de lo que había pensado, y no conseguía ver ni un triste pez...
Así que me fui a la tumbona a tomar un poco el sol. Y a disfrutar de la bonita variedad de azules.
Nos fuimos a dar un paseo siguiendo la orilla y aprovechando que la marea estaba baja, pasamos de unas playas a otras. Fuimos viendo los diferentes hoteles. Algunos muy bonitos y muy cucos; como casitas alineadas con su jardín, sus hamacas,...
 

El nuestro tampoco estaba nada mal. No era demasiado grande, pero disponía de todas las comodidades.
Uno de los momentos más bonitos del sía era el atardecer. El jardín tenía unas vistas preciosas. Había una terraza donde acudíamos casi cada tarde.

Se podía ver cómo el sol descendía y acababa adentrándose en el mar.
Otro de los días decidimos salir a investigar un poco y pregntamos a los lugareños la manera más sencillade ir hasta Grand Baie, el pueblo más cercano. Lo más económico era ir en autobús; además había uno que paraba muy cerca del hotel. Eran súper cutres, pero bueno. Le dijimos al conductor que cuando llegáramos nos avisara, pero yo creo que el hombre pasó de nosotros muchísimo, porque nos habían dicho que el pueblo estaba muy cerca, y después de un cuarto de hora de autobús, sacamos la conclusión de que nos lo habíamos pasado. Claro que pasamos por algún pueblo, pero como no sabíamos cuál era, pues confiamos en el señor... mal hecho. Total, que al final tuvimos que volver a pagar el billete porque llegamos al final del trayecto.
Al final decidimos pararnos donde nos parecía que era el pueblo más grande de los que habíamos pasado; y acertamos. Grand Baie, de todas maneras, es bastante pequeño. Tiene una playa pública, donde amarran cantidad de barcos.

Llegamos auna zona de tiendecitas de recuerdos y nos dios una vuelta. Hay muchísimas tiendas de imitación de ropa de marca!! Pero la verdad es que son las imitaciones más chapuceras que he visto nunca. Además te enseñaban un pieza auténtica para venderte la moto, y luego las que ponían a la venta no había ni por dónde mirarlas...

En Mauricio hay mucha gente con procedencia de la India. Y encontramos un templo dedicado a algunos de sus dioses.

A la entrada del mismo había una chica sentada que nos invitó a pasar, después de descalzarnos. Por dentro no era nada bonito, pero sí curioso. Nos estuvo explicando que tenían miles de dioses. Había dversos altares repartidos por toda la sala.
En el jardín había también un altar, junto a un árbol rodeado por unas cuerdas, pero no sabíamos si tendría significado.
En la calle vimos que había una multitud de hindúes que se dirigían hacia un mismo punto. Nos dijeron que estaban celebrando el cumpleaños de uno de los dioses, y por eso estaban vestidos con trajes muy coloridos y las mujeres llevaban muchas flores en el pelo.
Estuvimos un buen rato viendo la procesión, pero era interminable, y al final nos fuimos.
Nuestra intención era encntrarnos con otras dos parejas con las que habíamos coincido en Kenya, que se alojaban en otro de los hoteles de la misma cadena que el nuestro, pero como no les dijimos e día que íbamos a ir, porque no lo sabíamos ese día no los pudimos localizar.
Así que tomamos algo en la terraza. Con nuestra pulsera podíamos disfrutar de las mismas ventajas que en nuestro hotel. Decidimos que también nos quedaríamos a comer allí.
Los zumos naturales estaban buenísimos. Y la comida deliciosa.
Al terminar nos fuimos a dar un apseo por el muelle y por el pueblo. Y nos fuimos a esperar el autobús de vuelta.
 La zona que estaba un poco más apartada de la playa era más nueva y más bonita.
Después de esperar una eternidad por el autobús y ver que no acababa de lleagr, decidimos volver al hotel caminando. Nos habían dicho que no se tardaba demasiado, que sería un paseo. Pero estuvimos caminando más de una hora...
Pasamos por zona de costa, bordeando la playa y luego tuvimos que seguir por una carretera. A lo largo del camino nos encontramos varios templos de diferentes religiones.

El templo hindú fue de los más bonitos. Como es característico, tenía muchísimos colores. Era sumamente llamativo. Algunas personas hacían ofrendas a sus dioses y rezaban en el interior.


De vuelta al hotel descansamos de la caminata.
 

Al día siguiente fuimos de nuevo a la parada del autobús a preguntar por el que llevaba hasta la capital de Mauricio, Port Louis.
La zona más bonita es la del muelle, bayfront, que de hecho es la única zona bonita, a decir verdad, porque el resto es demasiado viejo y bastante sucio. Aquí se podían ver edificios bastante nuevos y casi todo eran centros comerciales. Aprovechamos para comprar azúcar y un poco de ron.

El Aapravasi Ghat, es un edificio que contienen los escasos indicios de las primeras construcciones realizadas para recibir a los trabajadores de la India. Descendientes de esos inmigrantes constituyen casi el 70% de la población de Mauricio. En 2006 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

El museo Blue Penny
Y viendo que el tiempo no acompañaba demasiado y que no había mucho más que ver, depués de comer nos fuimos de vuelta al hotel.
Dedicamos el resto del tiempo a disfrutar de algunas de las actividades. Lo del tiro al blanco no es lo mío, la verdad. No acerté ni una diana, y encima acabé con el brazo morado de los golpes de la cuerda por no colocarlo como me decían en un par de ocasiones... Pero fue divertido.

Y seguimos disfrutando de los atardeceres en el jardín.


Caminamos a lo largo de la playa para descubrir otras que estaban a continuación, y llegamos hasta el punto donde se terminaban los hoteles.
El agua era totalmente cristalina.
Y había unas flores preciosas.

Así terminamos unos días de breve descanso en la isla. A nuestro juicio, hemos estado en lugares mucho más bonitos, y hemos disfrutado de playas más exóticas y salvajes. Quizás nuestro verano tampoco es la mejor época para disfrutar de este país, ya que las temperaturas allí son frescas y el tiempo bastante inestable.



1 comentarios:

Unknown dijo...

muy bonito todo , me habeis puesto los dientes largos , habra que ahorrar un poco para pasar unos dias en mauricio.El blog muy bonito.un saludo.

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